Estos días me he entregado a otro de mis placeres, el cine, he visto docenas de películas lidiando con mi tiempo libre, me he topado con obras de arte, y con otras que insultan el arte. Es triste como se degenera el arte y es llevado a un negocio vulgar que solo busca dinero, eso podría ser lo único que diría al respecto si me dejara llevar solo por el romanticismo, pero es cierto también que lo que a mi no me gusta y lo considero un simple adefesio fílmico a otra persona podría parecerle una maravilla de película, y eso está totalmente comprobado cuando evidentemente este tipo de películas “comerciales” cumplen eficazmente con su cometido recaudando asombrosas sumas de dinero comparadas con otros filmes que no alcanzan ni la cuarta parte del dinero recaudado por las otras. En fin, es solo mi opinión, y no caeré en el dicho de “se dice el pecado más no el pecador”, porque cuando hago esta comparación de película comercial frente a película artística, se me vienen a la mente dos: Monster in Law y Nicotina, la primera es la ultima torta fílmica que puso la estrellita Jennifer López, arrastrando con ella a la leyenda de Jane Fonda, pero que en esta película dejo toda su leyenda y simplemente hizo el papel poco creíble, y mal sustentado de un suegra trastornada. Por supuesto en la trama hay miles de detalles que quedan inconclusos llevando así a la película a evidenciar su falsedad. Del otro lado está Nicotina, una película que de no ser porque vivo con un fanático de la tienda de video, jamás hubiese sabido de ella. La película tiene el corte típico del cine mexicano, el cual obviamente se ha estilizado evolucionando a un cine que dejando atrás la elegancia, es ese tipo de películas llena de situaciones increíbles pero personajes totalmente reales, ponen al protagonista en momentos totalmente ilógicos que te ponen a pensar que demonios harías tu en esa situación, lejos de darte una lecciones de moral y del buen ser. Podría durar mucho más escribiendo sobre esta película pero el tiempo es corto ahora. Como siempre no se dejen guiar por mi gusto y véanla ustedes.
La Leyenda del colibrí de Gastón Figueira (Uruguayo) Flor – una hermosa india de grandes ojos negros – amaba a un joven indio llamado Agil. Éste pertenecía a una tribu enemiga y, por tanto, sólo podían verse a escondidas. Al atardecer, cuando el sol en el horizonte arde como una inmensa ascua, los dos novios se reunían en un pequeño bosque, junto a un arroyo juguetón, que ponía un reflejo plateado en la penumbra verde. Los dos jóvenes podían verse sólo unos minutos, pues de lo contrario despertarían las sospechas de la tribu de Flor. Una amiga de ésta – una amiga fea, odiosa – descubrió un día el secreto de la joven y se apresuró a comunicárselo al jefe de la tribu. Y Flor no pudo ver más a Agil. La Luna, que conocía la pena del indio enamorado, le dijo una noche: - Ayer vi a Flor que lloraba amargamente, pues la quieren hacer casar con un indio de su tribu. Desesperada pedía a Tupá que le quitara la vida, que hiciera cualquier cosa con tal de librarla de aquella boda terrible. Tupá oy...
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P.D: Chinga tu...jeje besos
Adoptado