Esparciste sobre mi tu gracia divina, esparciste tu aroma caliente a café, me incorporé a tu cuerpo como la leche al pan y sembré en ti un panal de miel de mi nostalgia, soñé alguna vez que te vería caminar a mi lado, soñé también recostarme en tu regazo y columpiarme en ti como se balancea el aire entre las ramas, soñé beberme tu aliento noche tras noche soñé con tu piel, y desperté exhausta de pasión inconclusa. Cuando por fin saboreé tu néctar eterno sentí tu luz penetrar mis abismos y tu oscuridad llenar los rincones…
Ella se sentó a su lado, procurando no perturbar su silencio. Te he extrañado tanto. Parecen mil años sin verte. Sin vernos. Y mi vida se volvió singular. Perdí la pluralidad de tu compañía. La soledad acompañada, recuerdas? Habra alguien que nos reconozca? Así, escondidas de nosotras? Espero que no. Seria patético y catastrófico reconocerme sin ti. No quiero pensar en esa parte de mi que esta sin ti. Me permití tantas cosas que la gente común no se permite y no entiende. Que confunde con otra cosa que no es. Ahora temo que te hayas convertido en gente. Lamento mucho habernos perdido. Se me ocurre una frase que escribí para alguien mas, o que alguien escribió para alguien mas: aherrojarnos al silencio. Silencio. Es eso. Silencio. Me encuentro a veces dirijiendome hacia ti, porque me duele no habernos despedido. Peor, lamento habernos despedido de forma tan atroz. No era asi como debian suceder las cosas. No era asi como debiamos recordarnos. Hasta que se nos olvide lo atroz. ...
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