Hedonista reprimida en Busca del Nirvana

“Cuéntame una historia que no le hayas contado ha nadie” me dijiste el día que te conocí y te convertiste en la historia que nunca pude compartir. Te sentaste a mi lado en el café que solía frecuentar para asesinar las ansias de sentirme tan sola en una ciudad tan grande y tan romántica pero tan llena de solitarios…como yo, que frecuentan cafés, como al que yo acostumbraba ir, antes de que te sentaras a mi lado ese 23 de julio de 1986. Ya no acostumbro ir a cafés, desde esa noche ya no acostumbro muchas cosas, como hablarle a extraños, como caminar sola por las calles, salir a ver una película, ver a alguien a los ojos, sonreír por cortesía…en realidad tengo mucho tiempo sin sonreír, me robaste mas que mi dignidad me robaste la confianza en la gente… me robaste la confianza en mi, y todavía no entiendo porque yo? Que cosa tan mala pude haberte hecho? Que cosa tan terrible pudieron haberte hecho? Porque yo y no otra?, me arrancaste la privacidad, violaste mas que mi cuerpo mi...

Siento la luna más grande esta noche No creo Será que está más cerca? Creo que estas alucinando, duérmete Y si estuviese más grande o más cerca esta noche... con quien quisieras mirarla? (Piensa) No sé, mejor duérmete Una pregunta tan inocente le hizo caer en cuenta que ni siquiera tenia con quien ilusionar compartir una noche de luna grande, se sintió triste, quizás un poco sola... (Noches después...) Acostada en su cama se asoma de nuevo una luna grande para recordarle que todavía no tiene con quien compartirla, su hermana no está siquiera para contarle una quimera de amor y ver como se llenan sus ojos de brillo al escucharle... Se siente triste, pero así es mejor! ha escuchado tantas historias de amigas que terminan con el corazón roto y amargadas por las desavenencias que les trae el amor, eso no es para ella, ella a decidido no meterse con el amor, y que no se le ocurra al amor meterse con ella!! eso no seria divertido, prefiere estar así tranquil...

Somos almas encerradas en cuerpos. Al morir nuestras almas siguen su camino tomando otro cuerpo, olvidando las historias, los dolores, las alegrías de ese viejo disfraz que ahora es otro. Olvidamos lo que aprendimos y nos preparamos para volver aprender. ¿Quien sabe? Quizás muy dentro de nosotros llevamos un conocimiento milenario, quizás solo dentro de nosotros están las respuestas que buscamos, esas que a veces buscamos erróneamente en los cuerpos de otras almas. Algunos cuerpos vienen a aprender lo que no pudo aprender su alma en otro cuerpo. Y así lamentamos el dolor que nos agobia, en esta vida nadie se merece cosas malas, simplemente son lecciones que nos empeñamos en no aprender y entonces es cuando seguimos “padeciendo” una misma lección, cuando tomamos lo mejor de los errores es cuando podemos superarlos.