La abuela, que con una suerte de adolescente descarriada llega a la casa en mitad de la madrugada, caminando suavecito para no despertar a los nietos (por decencia) y a la hija (para evitarse el regaño), no puede más que reírse a carcajadas y poner cara de huevo frito cuando el perro, quien la espera impaciente, le salta encima a lo novio calenturiento. La emboscada fue tal, que la pobre vieja, bien conservada (a pesar de ella misma), cayo de posaderas al suelo, la llovizna no ayudo a sus fines de pasar desapercibida, resbalo aparatosamente en el suelo, empapada y llena de babas de perro, se escuchaban las carcajadas hasta el Mercado del difunto Pepe. La hija, a quien le molesta que la despierten, se levanto como una pereza (porque ya sabía por donde venia la cosa) y con los ojos sancochados, a verificar, que en efecto, la vida es un boomerang, que su madre, la inquisidora, la que imponía el horario hogareño de: lunes a viernes de 7am a 8pm y sábados hasta las 10pm, (domingos imposibles) se encontraba pasada de tragos, feliz como una lombriz, y emboscada por el perro enamorado, riendo a carcajadas y gritando a todo pulmón: NAPOLEON ME QUIERE COGER!
aja... pero y que hago si no tenia sueño?
Napoleon me quiere coger
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Pobre vieja!