los mocos si tienen adn
Mariana caminaba danzante y sonante por la avenida del prado, luego cruzó para cerciorarse de que nadie la seguía, miro al cielo para asegurarse de que no la grababan, y procedió a hurgarse la nariz. No podía concebir mejor placer que el de encontrar un moco y capturarlo, torturarlo haciendolo una bolita entre sus dedos y luego con aire descuidado buscar el mejor lugar para depositarlo, ahí, su preciado adn se secaría y perdería todas sus propiedades, para luego sólo ser una huella asquerosa, un estigma cochino de lo que fué una vez, de los lugares donde estuvo y de lo que representa. El triste moco ha partido de su nariz.
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