Es que hay asuntos en esta vida que sencillamente no me convencen.
A mi no me convence la iglesia católica. Y con todo y ese parapeto histórico que se montan, esas historias de hombres de “fe”, destinadas a inspirarnos respeto, que se traduce, por supuesto, en miedo.
En particular esa idea en la cual puedo cometer todos los pecados habidos y por haber en vida mortal, puedo asesinar, puedo violar, robar, engañar, y etc. etc. incluso puedo perderme la misa dominical, pero, con el simple hecho de arrepentirme al momento de mi muerte, seré, (casi por arte de magia), absuelto de mis pecados, volveré a ser un angelito inocente listo para la entrada al hotel de 55 estrellas llamado “paraíso”. Eso si, debemos estar realmente arrepentidos.
Para la otra parte del ganado, la que ha vivido “católicamente”, pero de modo “imperfecto”, o sea, la que ha cometido pecadillos, (por así decirlo), y los cuales, (oops), se le pasaron al momento de su muerte, pues nada, hay un remedio para eso también, “El purgatorio”, que es algo así como un autolavado de espíritus, donde un fuego divino nos limpia los pecados y nos hace dignos del grupo selecto que saludará a San Pedro.
Otro asunto, que más que no convencerme, me indigna, es el hecho de tener que confesarle mis más profundos secretos y vivencias a un señor que ligeramente conozco, pero que “alguien” me dijo que es el mensajero del jefe, y que por ende intercederá por mí ante él para que me perdone y me absuelva. Ahora que lo pienso, la confesión es como un autolavado de espíritus semanal.
¿Por qué he de necesitar que otra persona intervenga por mí ante el papá de los helados? ¿No ha dicho el “jefe” que todos somos iguales ante él? Entonces, ¿para que lo necesito? ¿No soy digna yo de hablar con el jefe sin intervenciones?
Podría seguir con estas cosas que no convencen con respecto a la iglesia, pero necesitaría un cafecito y un buen católico que me de unos buenos argumentos en contra…
Es que todo se ve muy chévere, de verdad, y en cierto punto, con unas copitas encima, puede sonar hasta creíble la vaina… pero es que no sé, sencillamente no me convence.
A mi no me convence la iglesia católica. Y con todo y ese parapeto histórico que se montan, esas historias de hombres de “fe”, destinadas a inspirarnos respeto, que se traduce, por supuesto, en miedo.
En particular esa idea en la cual puedo cometer todos los pecados habidos y por haber en vida mortal, puedo asesinar, puedo violar, robar, engañar, y etc. etc. incluso puedo perderme la misa dominical, pero, con el simple hecho de arrepentirme al momento de mi muerte, seré, (casi por arte de magia), absuelto de mis pecados, volveré a ser un angelito inocente listo para la entrada al hotel de 55 estrellas llamado “paraíso”. Eso si, debemos estar realmente arrepentidos.
Para la otra parte del ganado, la que ha vivido “católicamente”, pero de modo “imperfecto”, o sea, la que ha cometido pecadillos, (por así decirlo), y los cuales, (oops), se le pasaron al momento de su muerte, pues nada, hay un remedio para eso también, “El purgatorio”, que es algo así como un autolavado de espíritus, donde un fuego divino nos limpia los pecados y nos hace dignos del grupo selecto que saludará a San Pedro.
Otro asunto, que más que no convencerme, me indigna, es el hecho de tener que confesarle mis más profundos secretos y vivencias a un señor que ligeramente conozco, pero que “alguien” me dijo que es el mensajero del jefe, y que por ende intercederá por mí ante él para que me perdone y me absuelva. Ahora que lo pienso, la confesión es como un autolavado de espíritus semanal.
¿Por qué he de necesitar que otra persona intervenga por mí ante el papá de los helados? ¿No ha dicho el “jefe” que todos somos iguales ante él? Entonces, ¿para que lo necesito? ¿No soy digna yo de hablar con el jefe sin intervenciones?
Podría seguir con estas cosas que no convencen con respecto a la iglesia, pero necesitaría un cafecito y un buen católico que me de unos buenos argumentos en contra…
Es que todo se ve muy chévere, de verdad, y en cierto punto, con unas copitas encima, puede sonar hasta creíble la vaina… pero es que no sé, sencillamente no me convence.
Comentarios
te entiendo yo deje de creer en ella y en cualquier otra religión ha ya bastante tiempo, no se si me creas, pero eso fue cuando tenia unos 8 años.
irreverente: jajajaja gracias! jeje de verdad q leeendo por el piropo ;)
Reindertot: bienvenida??? yo llevo rato sentada en la sala de los escépticos!
Besos de otro escéptico...
José: Es un interesante punto de vista, yo en realidad no tengo nada en contra de los verdaderos creyentes, creer es algo muy sabroso, pero en los que creen de corazón, no en los que lo hacen por tradicion, o los que convierten la relgion en un negocio... en fin, una de las principales cosas que me molestan de la iglesia catolica es el hecho de que esté tan corrompida.
Creo que cada quien es lo bastante inteligente para decidir su vida y su alma, eso si. Y que yo no soy lo bastante inteligente para decidir por los demas, eso tambien... Y aun si lo fuera, que fastidio... terminaria haciendo lo mismo que los sres. curas a los que no les crees ya.
Yo era religioso y catolico, y fueron precisamente esas contradicciones las que, haciendo mas y mas puntiagudas, terminaron por hacer que me "autobotara" de la Iglesia. Particularmente, lo casual y circunstancial de todo el asunto.