El olvido está lleno de memoria...
Cuando termina una relación sin que tú estuvieras del todo convencido de terminarla, lo más difícil es darle la cara a esos lugares donde quedó algún recuerdo guindado, ese lugar por el que al pasar se te agrieta el corazón un poquito más, porque el recuerdo sigue, y se aviva y salta cuando pasa por allí, sientes la presencia de esa persona, y si te dejas llevar, se detiene el tiempo y ese lugar te absorbe totalmente, te lleva de nuevo aquel momento torturador, sientes su olor, te viene a la mente esa imagen preciosa que guardas, ese gesto que tanto te gustaba. Ese lugar, lo sientes atestado con su presencia, ese lugar dejó de ser tuyo, te paseas entonces entre los limites de tu recuerdo, evitas esa calle donde se derramó alguna vez tontamente un helado, volteas los ojos al pasar por esa tienda a la que fueron juntos a comprar no sé que cosa, y así vas huyéndole al recuerdo, que a veces sientes que te persigue cuando no solo son lugares, cuando son aromas, frases, canciones, imágenes, miles de cosas, un mundo indescifrable de detalles de enamorados, que se convierten en armas del recuerdo. Pero todo está en la mente, solo hay que domarla, recordar olvidar…
El titulo de este post lo tome de el titulo de un libro de Mario Benedetti.
Cuando termina una relación sin que tú estuvieras del todo convencido de terminarla, lo más difícil es darle la cara a esos lugares donde quedó algún recuerdo guindado, ese lugar por el que al pasar se te agrieta el corazón un poquito más, porque el recuerdo sigue, y se aviva y salta cuando pasa por allí, sientes la presencia de esa persona, y si te dejas llevar, se detiene el tiempo y ese lugar te absorbe totalmente, te lleva de nuevo aquel momento torturador, sientes su olor, te viene a la mente esa imagen preciosa que guardas, ese gesto que tanto te gustaba. Ese lugar, lo sientes atestado con su presencia, ese lugar dejó de ser tuyo, te paseas entonces entre los limites de tu recuerdo, evitas esa calle donde se derramó alguna vez tontamente un helado, volteas los ojos al pasar por esa tienda a la que fueron juntos a comprar no sé que cosa, y así vas huyéndole al recuerdo, que a veces sientes que te persigue cuando no solo son lugares, cuando son aromas, frases, canciones, imágenes, miles de cosas, un mundo indescifrable de detalles de enamorados, que se convierten en armas del recuerdo. Pero todo está en la mente, solo hay que domarla, recordar olvidar…El titulo de este post lo tome de el titulo de un libro de Mario Benedetti.
Comentarios
y si la persona con quien terminas la relación ha vivido mas de media vida con uno?
Y si la relación termina con la muerte abrupta de uno de los 2 miembros de la pareja?
Como crees que eso se pueda olvidar?... A mi humilde juicio y por mi poca experiencia de la visda, creo que un poco más dificil, solo queda seguir adelante... caminar y caminar, recordando pero sin tratar de no voltear mucho la mirada atraz, para que esa visión, no nos perturbe.
espero no te molesten mis comentarios
Saludos y Gracias.
Nelson
Haciendo referencia a un amor dejado y apartado en el tiempo.
Es increíble, como cosas que fueron cotidianas, se te vuelven extrañas al verlas sin esa persona a tu lado (tanto física como emocionalmente)
saludos