“Leí en un buen post de los que sobran en “el diario de una cincuentona”, que Maitena dijo: “No se puede casarse con el Ché y pedirle que se afeite la barba…” refiriéndose a que no puedes cambiar a tu pareja, estoy en total acuerdo con eso, no puedes estar con alguien y esperar que cambie su forma de ser”…con estas líneas iba a empezar mi post, mientras lo deje paralizado para una “sesión familiar”, el motivo: El divorcio de mis padres. Antes, cuando tuvieron problemas maritales, la idea que se separan era impensable para mi, hoy, parece la salida ha una situación que ya se había vuelto inaguantable, hoy me parece una cuestión ineludible. Sin importar la edad que tenga me destroza la idea de pensar el vuelco que dará mi vida de ahora en adelante. Me destroza pensar en tener, ahora, un papá de fines de semana, me hiere pensar en todas las cosas que dejaran de ser, y de lo que nunca será, y es que he vivido 18 años así, en una familia, mis papás y mis hermanos, los cinco, para todas, ahora seremos cuatro para las de ella y cuatro para las de él. Tendré que asumir el hecho de que tarde o temprano llegaran nuevas personas a mi vida, la “novia” o el “novio”, algo que hará estallar forzosamente mis celos paternos. Tendré que aceptar que muchas cosas dejaran de ser, los viajes familiares, las cenas, las costumbres, la convivencia juntos…y las que nunca serán. Es que ahora, una cosa que amo se convertirá en dos, mi felicidad jamás volverá a estar completa, porque no habrá situación más perfecta que “nosotros cinco”, ahora seremos cuatro y cuatro, y en cada logro de mi vida estará siempre ese pedacito que desea ser cinco y seguir diciendo “mis papas”. Debo respetar la decisión de ellos, porque no puedo sacrificar su bienestar por el mío, igual a la larga yo saldría perjudicada. Debo aceptarlo y aprender a llevarlo de la mejor forma. Esta es la perdida es más intensa que he vivido, y sé que solo es el comienzo, sé que quedan muchísimas cosas por pasar, momentos amargos, y sé que pasará mucho tiempo para que pueda volver a la normalidad. Sé que también estoy joven y habrán cosas más dolorosas y más difíciles que afrontar, también sé que esto a la larga me hará más fuerte y que será una experiencia más de las muchas que viviré, pero sencillamente no puedo evitar sentirme tan mal como me siento, y conozco todas las frases de consuelo, conozco todas las razones para que esta sea la mejor decisión, me sé los mejores consejos para estas situaciones, pero a pesar de todo eso, lamentablemente no hay nada que se pueda hacer para que me sienta mejor, como muchas cosas en esta vida solo es cuestión de tiempo. Podría seguir describiendo centímetro por centímetro mi dolor, pero seria aburrido para sus ojos y torturador para mis dedos…Dios nos ayude y nos guié, como siempre lo ha hecho, para que esto resulte de la mejor forma…
El grito de una garganta adolorida No creo en ninguna religión, tengo fe y creo en mi Dios. No creo en feminismo, no creo en machismo, creo en el amor. No creo en negros, blancos, chinos, europeos, indios, creo en la humanidad. No creo en límites, fronteras, banderas, naciones, creo en el mundo. No creo que tengamos el poder, ni la facultad, ni la atribución de juzgar a otros, creo que todos somos hermanos. No creo en copeyanos, no creo en adecos, no creo en chavistas, no creo en oposición ni en revolución, creo en Venezuela. En mi blog no toco muchos temas, a pesar de que me gusten y me interesen. En mi blog no hay política porque no me gusta la política, y esto no quiere decir que no me interese. Para mí hablar de política es gritar con la garganta adolorida. Este es mi espacio, lo hago por satisfacerme, el día que postee con la intención de satisfacer a terceros, ese día dejara de existir Hedonista Reprimida en busca del Nirvana. La foto lo tome de http://tintapermanente.blogs.sapo.
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