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El Vagón del Toqueteo

Sofía es una mujer totalmente normal, que un día tuvo un orgasmo en un vagón del metro. No ha sido la primera, ni será la ultima, pero es la única que conozco. Sofía estaba sentada en el vagón del metro, observando las paredes pasar, pensando en blanco, en nada y en todo, en un instante se salió de su cuerpo y se dio cuenta de lo increíblemente aburrida que era su vida, lo más emocionante de su día había sido discutir con su novio porque no la había llamado el día anterior, no podía creerlo, veía a la gente pasar y se sentía estancada, vacía, invisible, se podía haber muerto ahí mismo y nadie jamás la recordaría, claro, su familia, y quizá el imbecil de su novio, pero nadie la recordaría sin el deber de recordarla, eso la devasto por dentro, y no es que quisiese hacer algo memorable o grandioso por la humanidad, pero ser alguien más interesante que una simple muchacha más, porque si, ella era jodidamente aburrida.

El vagón se detuvo, “cuñu e su madre”- dijeron unos cuantos a unísono - la luz estaba ida, el bombillo de la luz de emergencia estaba roto - que sorpresa - quedaron en oscuridad total, el conductor aseguró su puerta como para aislarse de los animales que podrían surgir de ese vagón oscuro, todos los que se encontraban dentro parecían amarrarse a si mismos para evitar se tocados o robados... o violados. Sofía sintió una mano temblorosa entre sus piernas y pensó “el grandísimo orto, lo que le faltaba a este día de mierda... un sádico”, la mano era suave y se adentraba a ella casi con miedo, sofía no podía detenerla, no podía cerrar sus piernas en señal de prohibición, su mente la tenía paralizada, o eran las ganas de que le faltaran el respeto, de sentirse deseada, así fuese en un cochino vagón del metro por quien seguramente era un morboso y baboso obrero cervecero, pero trato de olvidarse de la casi infalible realidad he intento imaginarse a un modelito pervertido, de esos metrosexuales que están riquisimos, y así, la mano seguía invadiendola, cada vez más adentro, (Claro que tenía falda, sino, nada de esto funciona), otra mano le tapo la boca justo cuando se avecinaba el primer gemido, la respiración ya se hacía complicada y el calor aumentaba, otras manos empezaron a desabotonar su camisa, y otras manoseaban sus piernas, sofía se encontraba en un mar de manos sobonas que le acariciaban todo el cuerpo, llegaban a lugares donde ni ella misma se permitía llegar, el orgasmo llegó, cuando el cuerpo de sofía dejó de estremecerse las manos la abandonaron, como si hubiesen dejado de existir, sofía todavía no recobraba el aliento, de repente el aire acondicionado volvió a funcionar, la luz se encendió y el vagón comenzó a andar... sofía estaba casi desnuda, cuando abrió los ojos todos la miraban como si estuviese loca, salio del lapsus y se abotono la camisa inmediatamente, bajo su falda y se medio acomodo el cabello, se bajo en la siguiente estación.

Todavía a veces no puede creerse que eso haya sucedido, sin embargo, cuando la rutina la ataca metida en el metro ora silenciosamente para que se vuelva a ir la luz.

Comentarios

Daniel dijo…
xDDDD demasiado creep la vaina... (OO). Pero, muy buena!! xD. Me dio risa la forma como me imaginé su cuerpo "al descubierto" cuando volvía la luz y la cara de boba que debió tener. =P
Basho dijo…
Es un plagio de un cuento de Anais Nin...Una adaptación mas bien.

Excelente
ela dijo…
No he leido nada de Anais Nin (ni siquiera había escuchado su nombre), pero supongo que debe ser muy parecido ya que lo dices...
Anónimo dijo…
ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhh QUIERO MAS HISTORIAS ASIIII, ASII ASII
ela dijo…
eso... y no quieres entrar en un vagon del toqueteo? yo tengo un boleto de sobra...
Anónimo dijo…
YEEEEII!! ese es mio! me lo merezco
david rojas dijo…
Al final, es una tota?

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