...Buscando el nirvana


Otra noche fría solo con ellas, dulces, suaves, gentiles y complacientes, encerradas las tres en mi mente, imaginándome que no son ellas, que son de otro. Mi mente adulterándose hace que mi cuerpo las sienta diferentes, más grandes, más ásperas, casi como las de un hombre. Empiezan vacilantes por mi cuello, como siempre, bajando sutil y casi inocentemente hacia mis senos, primero como inspeccionándome, luego excitándome, manos suaves y gentiles hacen que les suplique bajar, bajar por el camino a Venus, bajan lentamente, sabiendo que quiero que corran, pero me conocen mejor que yo y saben que disfruto eso, que me hagan sufrir con placer, una entra cuidadosamente a los limites de mi pudor, lenta pero certera, sabe perfectamente lo que hace, acaricia, toca, jala…casi entra, mientras la otra está arriba todavía, tocando mis senos, mi cintura, jugando con mi piercing. La sensación la auspicia la mente, me trasporta a momentos pasados, algunos que no viví pero que siempre recuerdo, imágenes, lenguas, manos, dedos, besos a los que siempre recurro. Siento como una de ellas se asoma dentro de mi, luego que se ha cansado de juguetear y mi cuerpo le pide en gritos silenciosos que entre, baja en círculos lentos, con presión, rápido y lento, fuerte y suave, mi cuerpo se va erizando, se contrae, se estira, suda, mientras la otra sigue arriba acariciando llevando mi mente mucho más lejos, la de abajo por fin entra, y sin dejar de hacer círculos siento como un montón de explosiones hacen convulsionar mi cuerpo, mi mente se nubla completamente y siento ganas de gritar, siento dolor, siento placer, siento mis manos en mi, del centro de mi cuerpo explota un mar de éxtasis que finaliza con un alarido taciturno…. Luego cansada y feliz comienzo de nuevo.

Comentarios

romrod dijo…
muy buen texto, besos!

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