Somos almas encerradas en cuerpos. Al morir nuestras almas siguen su camino tomando otro cuerpo, olvidando las historias, los dolores, las alegrías de ese viejo disfraz que ahora es otro. Olvidamos lo que aprendimos y nos preparamos para volver aprender. ¿Quien sabe? Quizás muy dentro de nosotros llevamos un conocimiento milenario, quizás solo dentro de nosotros están las respuestas que buscamos, esas que a veces buscamos erróneamente en los cuerpos de otras almas. Algunos cuerpos vienen a aprender lo que no pudo aprender su alma en otro cuerpo. Y así lamentamos el dolor que nos agobia, en esta vida nadie se merece cosas malas, simplemente son lecciones que nos empeñamos en no aprender y entonces es cuando seguimos “padeciendo” una misma lección, cuando tomamos lo mejor de los errores es cuando podemos superarlos.
El grito de una garganta adolorida No creo en ninguna religión, tengo fe y creo en mi Dios. No creo en feminismo, no creo en machismo, creo en el amor. No creo en negros, blancos, chinos, europeos, indios, creo en la humanidad. No creo en límites, fronteras, banderas, naciones, creo en el mundo. No creo que tengamos el poder, ni la facultad, ni la atribución de juzgar a otros, creo que todos somos hermanos. No creo en copeyanos, no creo en adecos, no creo en chavistas, no creo en oposición ni en revolución, creo en Venezuela. En mi blog no toco muchos temas, a pesar de que me gusten y me interesen. En mi blog no hay política porque no me gusta la política, y esto no quiere decir que no me interese. Para mí hablar de política es gritar con la garganta adolorida. Este es mi espacio, lo hago por satisfacerme, el día que postee con la intención de satisfacer a terceros, ese día dejara de existir Hedonista Reprimida en busca del Nirvana. La foto lo tome de http://tintapermanente.blogs.sapo.
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